Maestro Francisco Andrés Romero (1887-1968)
En mi página Web profesional dice así: “La persona que desea estudiar canto conmigo debe saber, que yo enseño la colocación craneal en máscara, método del maestro Francisco Andrés Romero (1887-1968), profesor valenciano con quien mi padre estudió unos seis años con posterior gran éxito en su carrera lírica”.
El Mtro. valenciano Don Francisco Andrés Romero, (1887-1968) ha sido uno de los últimos profesores impostadores de esta técnica. Fue profesor de mi padre Fernando Bañó, de Cora Raga, de Francisco Ortiz, de Alfredo Kraus, etc. y entre muchos otros grandes cantantes internacionales tuvo como alumnos a los tenores Carlo Bergonzi y Franco Corelli a los que el legendario tenor Giacomo Lauri Volpi aconsejaba a visitar y a estudiar con el maestro Andrés.
Mi padre fue rehabilitado vocalmente de malas enseñanzas por este profesor y finalmente llegó a ser un gran cantante de los años 50 en el mundo de la Zarzuela gracias a las clases con el maestro Francisco Andrés Romero. Quizás el último impostador vocal que bebió de la técnica del siglo XIX, puesto que se formó con excelentes profesores nacidos sobre 1840 época dorada de la técnica vocal. Alfredo Kraus que también fue su alumno entre otros importantes de esa época, blandió esa técnica por todo el planeta, erigiéndose como el mejor tenor del siglo XX.
Providencialmente yo a su vez recibí lecciones de mi padre basándose en esa técnica del maestro Andrés y sentí lo que es la colocación en máscara.
El método del Maestro Francisco Andrés Romero, es el procedimiento de los grandes cantantes del siglo XIX e inicios del XX, citaré algunos ejemplos de tenores, barítonos y bajos famosos característicos en esta técnica de colocación craneal:
Francesco Tamagno, Francesco Marconi, Giovanni Zenatello, Giovanni Martinelli, Aureliano Pertile Hipólito Làzaro, Francesco Merli, Richard Tauber, Giacomo Lauri-Volpi, Georges Thill, Miguel Fleta, Mario Filippeschi Ettore Bastianini, Gino Becchi, Tita Ruffo, Robert Merrill, Feodor Chaliapin, Boris Christoff, Cesare Siepi, Ezio Pinza etc.
Esto es tan solo una pequeña selección de algunos de los más importantes y famosos tenores, barítonos y bajos de finales del siglo XIX y principios del XX, de los que se pueden escuchar grabaciones por internet y en ellos se puede percibir ese método universal de squillo o timbre vibrante y potente.
Todos estos cantantes impostaban su voz durante al menos diez años de estudio para “fijar” su sonido “arriba” al igual que se aprecia en las muchas grabaciones de vocalizaciones de Alfredo Kraus que circulan por internet vocalizando con alumnos y compañeros de escenarios, y aunque vocalizando mantienen su voz dentro de los resonadores nasales y craneales en general, luego durante el canto el sonido no es nasal ni debe serlo, simplemente es brillante, squillante y alto gracias a la insistencia de las vocalizaciones durante años de aprendizaje.
Posteriormente a las clases con la profesora rusa Galli Markoff en Barcelona, Alfredo Kraus estudió en su época de milicias en Valencia con el maestro Francisco Andrés Romero la verdadera técnica de colocación en máscara haciendo tres clases semanales de media hora de duración. De Galli Markoff Alfredo Kraus comentaba que de alguna manera esta profesora se enzarzaba demasiado en las cosas sencillas del canto ya que tenía una mente investigadora constante pero que aprendió algo muy importante de ella, que fue el arte de analizar las partituras y como estudiarlas desde el punto de vista vocal.
En la etapa del Maestro Andrés, Arturo Reverter en su libro: “Alfredo Kraus una Concepción del Canto” de 2010 página 28 nos dice:
“Con el Maestro Andrés realizaba tres clases semanales de media hora bien aprovechada y rigurosa, en donde la casi totalidad de la clase era para vocalizar (*) y al final cantaba una sola aria. La voz estaba bien enfocada (colocada) e iba asentándose.
(*) Ejercicios para Impostar y colocar el sonido.
Arturo Reverter continúa diciendo: “Las clases con el Mtro. Andrés de Valencia fueron providenciales y determinantes en la posterior y exitosa carrera de Alfredo Kraus, puesto que el Mtro. Andrés poseía ya en esa época método, práctica, destreza y experiencia en la enseñanza. Con el Mtro. Andrés, el joven tenor se reafirmó en los espectaculares agudos, y comenta el propio Alfredo Kraus que Andrés era mucho más claro, pragmático y metódico en sus explicaciones sobre la técnica de la colocación, que su anterior profesora”. En sus propias palabras Alfredo Kraus dijo:
“El Mtro. Andrés me hizo adelantar una barbaridad en el aprendizaje del canto”.
TEXTO DE LA ENTREVISTA:
Mercedes Llopart, ¿se pronuncia así...? es la profesora a quien le debe más, o casi todo, pienso.
Sí, sí... Mucho, mucho...
¿Porqué?
Porque yo había comenzado a estudiar, primeramente, en Barcelona, con una maestra rusa que científicamente me dio consejos, para mí, muy importantes.
Después encontré un maestro durante seis meses cuando hice las prácticas como oficial del ejército en España, y fui destinado a Valencia y allí conocí a este maestro, Andrés, que me abrió un mundo nuevo. Y pienso que, con la combinación, he descubierto que las dos técnicas, la de La LLopart y la del Maestro Andrés, eran la misma.
Pero debe ser solo una técnica de base...
De hecho, ella me ha dado los valores justos.
Cuando he encontrado, a tantos kilómetros de distancia, dos personas que no se conocían, que una había estudiado en un mundo y la otra había estudiado en otro mundo, en un ambiente, el otro en otro ambiente, completamente diferente, esto toma un valor, una afinidad que quiere decir que los dos están en posesión de la verdad.
Pero La Llopart, ¿qué le ha dado?, ¿cuál fue el progreso con La LLopart?
Pues, prácticamente era lo mismo del Maestro Andrés, pero con ella tuve más tiempo de asegurar la idea que había comenzado con el otro maestro por lo que terminé con la maestra Llopart.
Estaba muy contento de haber encontrado con la continuidad, porque me encontrado muy bien con el maestro Andrés y encontrar esta continuidad, con la idea todavía más clara, porque comencé a entender más el sistema, no es fácil de entender.
Es el instrumento más difícil que es existe que es la propia voz. ¿Porqué? Porque somos nosotros mismos.
Nos esforzamos siempre a trabajar con un instrumento que prácticamente no existe, cosa del instrumento humano. No se siente, porque lo sentimos equivocadamente con una especie de mezcla entre sonido externo y sonido interno, no se puede tocar, no se ve, por tanto, de verdad dificilísimo, tener que trabajar con una cosa que no es material, no es otro instrumento como puede ser el piano, el violín, etc.
En mis dos libros: LA ANTITÉCNICA y LA ANTITÉCNICA 2º parte, está amplia y concienzudamente explicado con claridad inusual en la enseñanza del canto la técnica del gran tenor Alfredo Kraus que aprendió en Valencia con el maestro Francisco Andrés Romero.