Miguel Fleta escuchó a Tito Schipa en el Liceo, y quedó tan impresionado de sus medias voces, que en la siguiente clase con su profesora le exhortó que quería cantar así, y se pusieron manos a la obra, al principio le fallaba la voz, se le cortaban los intentos de apianar y “filar”, hasta el punto que Fleta, haciendo uso de su carácter aragonés se enfadaba mucho y su profesora le calmaba y le hacía entrar en razón, explicándole que simplemente hay que practicar e insistir hasta que la garganta vaya asimilando mecánicamente esa nueva disciplina que se le está imponiendo.
Finalmente lo consiguió y superó con creces a Tito Schipa… recordemos que por esos filados a Fleta le ofrecían contratos en blanco y en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona cuando el cantaba TOSCA de Puccini, las emisoras de radio paraban su emisión para radiar su famosa versión del aria “E lucean le stelle”.
La media voz auténtica, emitida con técnica de colocación y con el volumen y armónicos adecuados para que se oiga en un teatro, tiene su máximo exponente en la figura del gran tenor Miguel Fleta y se puede escuchar por Internet La romanza de Zarzuela de El Caserío del compositor Jesus Guridi, “Yo no sé qué veo en Ana Mari”, y también el aria de "Sadko" de Nikolai Rimski-Korsakov, cantada en castellano magistralmente por el insigne tenor.
Mi padre siempre explicaba que el Maestro Francisco Andrés Romero le enseñaba a “filar” y mi padre replicaba: “pero maestro esto tan flojo no se me oirá” y el maestro Andrés contestaba: “esta voz bien colocada recorre todos los rincones del teatro”… En efecto la media voz bien colocada en los resonadores adquiere los armónicos necesarios para la proyección… mi padre gran admirador de Fleta llegó a filar como el… vivíamos a las afueras de Alcoy (Alicante) en un chalet aislado que hizo construir mi padre cuando dejó el canto definitivamente y cada día cantaba sus romanzas preferidas al piano, y recuerdo haberle oído hacer verdaderas proezas con los filados, las medias voces y largos fiatos imposibles… de hecho en su época de profesional estaba habituado a levantar al público de sus asientos en muchos de esos alardes canoros.
(extraído de: LA ANTITÉCNICA SEGUNDA PARTE)
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